Novena del Centenario - Día 7

“Tenemos tanto por lo que estar agradecidos”
(1ra de Tesalonicenses 5, 18)

Desde 1921 la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec está al servicio del Evangelio.
Estamos cumpliendo 100 años, queremos celebrar juntos el recorrido de nuestro compromiso misionero. Celebramos el dinamismo de nuestra Sociedad Misionera, y con gratitud, recordamos el pasado, renovamos la pasión por vivir la misión en comunión en el hoy de la historia, y reavivamos la esperanza en el futuro.
Dirigida a: miembros y asociados, antiguos miembros y asociados, candidatos y seminaristas en formación, afiliados, amigos, miembros de nuestras iglesias locales y/o comunidades, jóvenes que forman parte de nuestras redes, y personas de buena voluntad que quieran unirse en esta acción de gracias a Dios por el dinamismo y renovación de nuestra Sociedad Misionera.


Día 7

 
Lectura Bíblica: 2 Corintios 9:6-8 

“Cada uno dé según los propósitos de su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y Dios es capaz de hacer que toda la gracia abunde hacia ti”.


Reflexión
 

Nuestros benefactores, a través de su generosidad, se asocian con la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec para hacer que Cristo sea amado y conocido. Estamos muy agradecidos por su apoyo para asegurarnos de que tenemos lo que necesitamos en nuestras comunidades y ministerios. Encomendamos a la gracia del buen Dios y a su cuidado a todos nuestros benefactores con corazones llenos de gratitud por su generoso apoyo, su amor a nuestro Carisma y Misión en la Iglesia.


 
Compromiso:
Nos comprometemos a ser administradores responsables de los recursos que nos confía la Sociedad y encarnamos un espíritu de responsabilidad al estar agradecidos por todo lo que se nos ha dado y al responder fielmente a la obligación originada por esos dones.




 

Oración del Centenario.
 

Dios siempre fiel,
“¿A quién enviaré?” – nos preguntas.
En este camino, en esta misma barca,
donde estamos todos,
te respondemos:
“Aquí estamos, Señor, envíanos”. (Is. 6,8)
 
Tu Espíritu nos empuja y atrae,
nos anima y envía en misión
al mundo y a todos los pueblos.
Es tu amor perenne
el que nos mueve a
“correr el riesgo del encuentro
al servicio del Evangelio”.
 
En el hoy de la Iglesia y de la historia,
aquí estamos, Señor, envíanos.
Somos una pequeña Sociedad Misionera que,
humilde y llena de desafíos,
quiere ser participe en la transformación
de los corazones,
mentes, cuerpos, sociedades y culturas,
en todo tiempo y lugar.
 
Aquí estamos, Señor,
al servicio de tu Evangelio,
para testimoniar tu amor
y tu salvación,
atentos a las necesidades de pan y justicia,
libertad y trabajo, dignidad y paz
de nuestros hermanos y hermanas,
así como al cuidado de toda tu creación.
 
Aquí estamos, Señor, envíanos,
a sembrar esperanza,
a construir un mundo nuevo,
a llevar tu palabra y descubrir tu presencia
en todos los pueblos y culturas.
 
Saliendo al encuentro,
proclamamos que eres
el Dios eternamente misericordioso,
cuyo amor dura por siempre.
 
Que la Virgen María, primera discípula y misionera,
ruegue por nosotros, ahora y por siempre. Amén.