Florencio Dubé y la tienda del encuentro

Equipe d’animation missionnaire de Québec

El símbolo de la tienda es un elemento central en la Palabra de Dios y en la vida de un misionero. Para Florencio Dubé (nacido como Floricien Dubé Baril), no es diferente. En la Biblia, tras la liberación de la esclavitud en Egipto, Dios se manifestaba de forma cercana, profunda y constante en la “Tienda del Encuentro”, donde las tribus se reunían para recentrarse en su proyecto común: convertirse en un pueblo unido en torno al Señor que los guiaba (Éxodo 33).

A lo largo de su ministerio, Florencio fue un gran convocador, un poco como Moisés, por su liderazgo y longevidad, reuniendo a las personas en torno a la Palabra, la Eucaristía y el servicio a los más pobres. Un hombre siempre en camino.

En su homilía durante la misa de acción de gracias por su ministerio, el 25 de mayo de 2025, Florencio comenzó con una anécdota. Cuando llegó a Ica con su compañero de misión—entonces un laico misionero—Bernard Duquette (hoy miembro de la SMÉ), los niños del pueblo gritaban: “¡Llegó el circo!” Y entre ellos se preguntaban: “¿Seremos los payasos?

Florencio, cariñosamente apodado “Flo”, era frecuentemente visto en su motocicleta y se convirtió en el héroe de los más explotados. A los 95 años, decidió regresar a Canadá. Nacido en Quebec y miembro de la Sociedad de Misiones Extranjeras (SME), este “cura de la liberación” no solo distribuía artículos de primera necesidad: fue, sobre todo, un ferviente defensor de los derechos de los niños, campesinos (hombres y mujeres), trabajadores y más.

Desde los barrios populares de Ica (Urbanización San Joaquín) hasta las comunidades rurales de San Juan Bautista y San José de Los Molinos, Florencio ofrecía más que misas y sacramentos: perforaba pozos para el riego de tierras de pequeños agricultores, apoyaba la organización sindical y promovía encuentros populares para luchar contra la injusticia y la corrupción política en todos los niveles.

Con humor y empatía, acompañó a generaciones de jóvenes en el camino hacia un Perú más justo y equitativo. Fino degustador de pisco (Ica es una región reconocida por su producción de vino y pisco), su vida fue un vibrante testimonio de la opción preferencial por los pobres, tejiendo profundas amistades en todo el país y más allá.

Hoy, tras siete décadas de servicio misionero en el Perú, regresa a su tierra natal, dejando un inmenso legado de amor, gratitud y fe.

Los niños de San Juan no estaban del todo equivocados al pensar que había llegado el circo. Pero lo que recibieron fue una tienda mucho más hermosa que la de un circo: primero, la reconstrucción del templo colonial (cuyo techo se había derrumbado); una nueva casa parroquial donde a la gente le encantaba reunirse y cantar juntos; una biblioteca para los alumnos del colegio secundario con libros esenciales; salones para la formación de jóvenes y adultos (música, teatro, catequesis, proyección de películas, etc.). En resumen, una amplia tienda humana y espiritual que les trajo una profunda alegría, el descubrimiento de un sentido hondo de la vida y la conciencia de la presencia del Reino de Dios en medio de su pueblo.

Quebec lo espera con alegría y gratitud, mientras que en Lima y en todo el Perú, su partida dejará, sin duda, recuerdos felices y el deseo de seguir el camino que él trazó con tanto amor sembrado durante su vida misionera.

La gente a la que sirvió le dice: “A ti, Flo, gracias por encender nuestros corazones con tu espíritu misionero… ¡y tu inolvidable moto!


Algunos momentos destacados de su ministerio en el Perú:

● Apoyó a los jóvenes lustrabotas: alimentación, materiales, organización sindical.

● Denunció abusos de autoridades municipales y generó un clima de respeto y aceptación social hacia estos niños trabajadores.

Parroquia San Joaquín (Ica):

● Desarrollo de la pastoral juvenil, llamada “la pastoral de la puerta abierta”

● Articulación de organizaciones populares


San Juan Bautista :

● Construcción de una casa compartida con Bernard Duquette y jóvenes como Alejandro Mazuelos, Javier Arroyo, entre otros

● Obras concretas: perforación de pozos, apoyo a cooperativas agrícolas (Tacama, Chavalina, Trapiche, etc.)

● Equipo pastoral con la religiosa dominica Madre Sofía para la formación de catequistas; más tarde se unieron dos religiosas carmelitas misioneras, Estela y Lucía – ¡mujeres extraordinarias!

● Iniciativas municipales: acceso al agua potable y electrificación (compra de una generadora central)

San José de Los Molinos :

● Vida compartida con la familia Arroyo Huamán, que se convirtió en su familia del corazón

● Formación de jóvenes

● Apoyo a grupos de campesinos


Chincha Baja :

● Traslado por razones de salud (por la excesiva exposición al sol)

● Continuación del trabajo pastoral con jóvenes rurales (JARC)


Lima :

● Vida comunitaria con misioneros laicos asociados

● Ministerio en la Capilla Viator Boucher

● Trabajo con jóvenes de barrios populares y en pastoral carcelaria, especialmente en Maranguita (centro juvenil penitenciario)


Rasgos personales:

● Hombre alegre, lleno de humor y amante del pisco peruano

● Incansable defensor de los campesinos y animador de la juventud



Compromiso internacional:

● Acompañante de la Juventud Agraria Rural Católica (JARC)

● Participación en encuentros internacionales (MIJARC en Europa) y en el Foro Mundial (Nairobi, Kenia)