Reunión Genken 2025 - Nairobi

Émile Étémé, pmé

Un paso transformador hacia la unidad y la Misión Sinodal

Del 16 al 30 de septiembre de 2025, la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec (SME) se reunió en Nairobi, Kenia, para un encuentro de gran importancia: GENKEN 2025.

Misioneros de todo el mundo se unieron bajo un propósito común: fortalecer vínculos, reflexionar sobre su misión y profundizar su compromiso colectivo con una Iglesia sinodal.
Para muchos, este encuentro fue más que una reunión; representó un momento de renovada unidad y propósito, marcando un punto decisivo en la evolución de la SME mientras se prepara para afrontar los desafíos y oportunidades del futuro.

1. LOS ORÍGENES Y LA EVOLUCIÓN DE GENKEN

La iniciativa GENKEN comenzó en 2012, cuando Bertrand Roy, p.m.é., tuvo la visión de crear un espacio destinado a unir a los miembros jóvenes de la SME, especialmente aquellos formados en Kenia, con el fin de fortalecer la solidaridad y fomentar vínculos más profundos.

El objetivo era establecer una plataforma donde los miembros pudieran compartir experiencias, colaborar en proyectos y profundizar su compromiso con la misión.

Con el tiempo, GENKEN se convirtió en un evento integral para la SME, ofreciendo a sus miembros la oportunidad de renovar sus lazos espirituales y fortalecer su espíritu misionero.

En sus primeros años, GENKEN se realizaba de manera presencial, donde los miembros compartían comidas, intercambiaban ideas y construían relaciones duraderas.

Sin embargo, cuando la pandemia de COVID-19 alteró el mundo, las reuniones presenciales fueron suspendidas.

La SME se adaptó rápidamente, continuando el compromiso de sus miembros a través de reuniones por Zoom, asegurando que el sentido de comunidad y conexión se mantuviera incluso a la distancia.

El encuentro GENKEN 2025 marcó el tan esperado regreso a las reuniones presenciales, ofreciendo la oportunidad de reconectarse, reconstruir relaciones y redefinir el futuro de la SME en un mundo transformado por la pandemia.

El evento fue meticulosamente coordinado por el Consejo Central de la SME, con la facilitación clave de Mposo Hubert, Bertrand Roy, p.m.é., y Christian Busset, asegurando que la reunión fuera espiritualmente enriquecedora y también orientada al futuro, abordando tanto preocupaciones prácticas como objetivos estratégicos de largo plazo para el futuro de la SME.

2. OBJETIVOS DE GENKEN 2025

El objetivo principal de GENKEN 2025 fue restaurar y reforzar los lazos de fraternidad y solidaridad entre los participantes.

Después de años de separación forzada, este encuentro brindó una oportunidad rara y vital de:

  1. Fortalecer la fraternidad – Reconstruir las relaciones entre los miembros y restablecer los profundos lazos de confianza que unen a la comunidad.
  2. Profundizar el sentido de pertenencia – Reafirmar el papel de la SME como comunidad global de fe, reforzando la conexión de los miembros con su misión y propósito compartidos.
  3. Compartir experiencias y visiones personales – Brindar una plataforma para que los miembros compartan sus experiencias, aspiraciones y visiones para el futuro de la SME.
A través de estos objetivos, GENKEN 2025 buscó cultivar la unidad, el apoyo mutuo y una visión compartida que guiaría a la SME hacia adelante como una fuerza cohesiva para la misión y el servicio en los próximos años.

3. TEMAS CLAVE Y TALLERES

En el corazón de GENKEN 2025 se realizó un taller sobre sinodalidad, enfocado en cómo los participantes podían vivir más eficazmente la colaboración, la responsabilidad compartida y el respeto mutuo dentro de la comunidad.

El taller enfatizó la adopción de un modelo de liderazgo sinodal, donde la voz de cada miembro es escuchada y las decisiones se toman colectivamente.

Este enfoque asegura que el liderazgo esté distribuido, creando un entorno donde todos los miembros contribuyen de manera significativa a la misión.

El objetivo del taller fue fomentar un modelo de liderazgo inclusivo, donde la responsabilidad compartida y la participación activa de todos los miembros fortalecen la comunidad, haciéndola más unida y resiliente.

Las discusiones subrayaron que, en una Iglesia sinodal, el liderazgo no se concentra en unas pocas personas, sino que es un esfuerzo colectivo.

4. LIDERAZGO Y COMUNICACIÓN

Las discusiones sobre liderazgo reforzaron la importancia de un liderazgo distribuido, que evita la concentración de poder en una sola persona.

Los participantes coincidieron en que el liderazgo debe ser colaborativo, reconociendo y utilizando los talentos y fortalezas únicas de cada miembro para el beneficio de la misión colectiva.

La comunicación efectiva también se identificó como un componente crítico del éxito de la SME.

Una comunicación transparente y abierta, tanto dentro de la SME como con las comunidades a las que sirve, garantiza que todos se sientan escuchados y comprendidos, fomentando un entorno unido y cohesivo.

Esta transparencia nutre la confianza mutua y fortalece la capacidad de la comunidad para avanzar unida en la misión.

5. TRANSFORMAR LAS DIFERENCIAS EN CAMINOS DE RECONCILIACIÓN

Uno de los temas centrales de GENKEN 2025 fue cómo transformar las diferencias —ya sean culturales, generacionales o relacionales— en oportunidades de reconciliación y crecimiento fraternal.

La comunidad reconoció que acoger estas diferencias es esencial para profundizar su misión colectiva.

a. Acoger las vulnerabilidades
El primer paso hacia la reconciliación fue acoger las vulnerabilidades.
Se alentó a los participantes a hablar abiertamente de sus debilidades, reconocer sus limitaciones y cultivar la humildad.
Al aceptar la vulnerabilidad, los miembros crean un entorno donde la confianza y la comunicación auténtica prosperan, permitiendo que cada persona aporte genuinamente al crecimiento de la comunidad.

b. Comunicación abierta y respetuosa
La comunicación respetuosa fue identificada como esencial para transformar las tensiones en oportunidades de crecimiento.
Se alentó a los miembros a compartir sus diferencias abiertamente, siempre con empatía y respeto.
Las discusiones se centraron en encontrar un terreno común en el Evangelio, asegurando que las conversaciones permanezcan ancladas en la fe y la comprensión mutua.
Este enfoque fomenta una cultura donde las diferencias no solo se toleran, sino que se celebran como parte de la riqueza de la comunidad.

c. Acoger las diferencias como dones
Se animó a los participantes a ver las diferencias no como obstáculos, sino como dones que enriquecen a la comunidad.
El aprendizaje intercultural se convirtió en una herramienta clave para fomentar el respeto mutuo, permitiendo a los miembros apreciar y celebrar la diversidad de orígenes y perspectivas dentro de la SME.

d. Perdón y corresponsabilidad
La SME también subrayó la importancia del perdón y la corresponsabilidad.
La reconciliación requiere que los miembros asuman la responsabilidad de sus acciones, adopten una actitud de perdón y busquen oportunidades de crecimiento y desarrollo mutuos.
Este enfoque asegura que las tensiones no solo se resuelvan, sino que la comunidad se fortalezca y se una aún más como resultado.


6. GESTIÓN DE TENSIONES

A lo largo del encuentro, los participantes discutieron las tensiones dentro de la SME, particularmente aquellas relacionadas con diferencias culturales, generacionales y entre clérigos y laicos.

Aunque estas tensiones pueden ser desafiantes, se consideran oportunidades para un entendimiento más profundo y la reconciliación, si se gestionan de manera reflexiva.

a. Tensiones culturales
Los participantes reconocieron el riesgo de imponer la propia cultura, especialmente en roles de liderazgo, y enfatizaron la importancia de acoger la diversidad cultural.
La SME reconoció que, promoviendo el aprendizaje intercultural, puede asegurar que diversas perspectivas contribuyan a la misión compartida y fortalezcan su impacto global.

b. Tensiones de liderazgo y responsabilidad
Un punto importante de reflexión fue la necesidad de un liderazgo compartido y de una distribución justa de responsabilidades.
La SME acordó que el liderazgo no debe concentrarse en un solo individuo, sino distribuirse a lo largo de la comunidad.
Reconocer los dones y contribuciones de cada miembro asegura que todos tengan un papel en la misión, fomentando un sentido de corresponsabilidad y fortaleciendo la comunidad.

c. Tensiones entre clérigos y laicos
La división entre clérigos y laicos se abordó aclarando los roles y responsabilidades de ambos grupos.
Aunque cada grupo tiene funciones distintas, ambos están unidos en su vocación misionera.
Garantizar la formación adecuada de clérigos y laicos es esencial para fomentar la colaboración y la corresponsabilidad.

d. Tensiones generacionales y relacionales
Las discusiones también se centraron en las tensiones intergeneracionales, destacando cómo la madurez y el respeto por las diferencias pueden fomentar una comunidad más armoniosa.

La SME se compromete a practicar la escucha activa, asegurando que todas las voces, sin importar la edad, sean reconocidas y escuchadas en la misión compartida.

7. MEDIOS CONCRETOS DE DIÁLOGO Y RECONCILIACIÓN

Para facilitar el diálogo y la reconciliación, la SME identificó varios pasos prácticos:

  1. Espacios y tiempos dedicados: Establecer reuniones “sagradas” regulares (como los encuentros Shalom) para permitir conversaciones significativas y celebrar las diferencias culturales mediante rituales y experiencias compartidas.
  2. Prácticas de reconciliación: Usar gestos simbólicos, como invitar a un colega a tomar un café o quemar agravios en oración, para promover el perdón.
  3. Actitudes y enfoques internos: Practicar la escucha activa, la empatía y el respeto, creando un ambiente de apoyo para todos los miembros.
  4. Discernimiento y fidelidad: Revisar regularmente el compromiso de la comunidad con su carisma y misión, asegurando la alineación con los valores del Evangelio.

CONCLUSIÓN: UN ENCUENTRO TRANSFORMADOR

GENKEN 2025 no fue solo un encuentro; fue un catalizador de cambio. Reavivó la fraternidad, la solidaridad y el espíritu misionero que siempre han definido a la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec, al tiempo que trazó un camino audaz y alternativo para su futuro.

El encuentro reafirmó que la SME no es simplemente una organización, sino una comunidad viva y dinámica, profundamente comprometida con la justicia, la paz y la renovación espiritual.

Juntos, los participantes redescubrieron la fuerza de la unidad en la diversidad y el poder del discernimiento comunitario, confirmando que la misión de la SME continúa siendo un camino de esperanza, servicio y comunión para el mundo de hoy y del mañana.