¡Jubilate Domino omnes terra! 
Una alegre celebración de servicio y dedicación

Service d'Animation Missionnaire
La palabra "Jubilate", la primera palabra del Salmo 99(100) versículo 2, nos ha dado el término francés "Jubilaire", que significa uno celebrado con alegría. Este año, la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec tiene todos los motivos para celebrar al honrar a nuestros abnegados hermanos por sus notables años de servicio como sacerdotes.

Jean-Paul Guillet cumple la extraordinaria cifra de 75 años de ministerio, Gilles Caron alcanza el importante umbral de los 70 años, Jean-Charles Loiselle y Alphonse Proulx cumplen 65 años, y Richard Brodeur, Roland Laneuville y Albert Rousseau conmemoran cada uno 60 años de dedicación al servicio. Estas cifras son impresionantes y merecen ser celebradas.

Sin embargo, una mirada más atenta a sus años de compromiso con la Iglesia y con las personas de buena voluntad de todo el mundo revela una amplia colección de experiencias impresionantes e inspiradoras. Estos hombres han servido en cuatro continentes -América Latina, Asia, África y Europa- y en nueve países: Honduras, Cuba, Perú, Japón, Filipinas, Hong Kong, Sudán, Kenia e Italia. Sus ministerios son profundos y variados al mismo tiempo. Sus contribuciones son asombrosas: han sido pioneros de la educación radiofónica en América Latina, han trabajado en regiones de África mayoritariamente islamistas y han atravesado épocas de grave agitación social, como la revolución cubana y las dictaduras latinoamericanas.

Aunque dominan lenguas muy distintas de su francés original, como el japonés, el cantonés, el kiswahili, el árabe, el español y el cebuano, demuestran una modestia impresionante al considerar sus logros. Hablando con tranquilidad y modestia cuando se les pregunta por sus logros, encarnan a los buenos siervos de la parábola que multiplicaron los talentos que se les confiaron sin buscar elogios. Su compromiso constante y sus esfuerzos incesantes se han arraigado en ellos, como si respirasen.


La alegría y la emoción sincera son evidentes en sus sonrisas cuando hablan de las personas a las que han servido. Incluso cuando relatan momentos difíciles de sus misiones, lo hacen con honestidad y sin amargura, subrayando la importancia de aceptar a los demás. En una época en la que los talleres de sensibilidad cultural son habituales para prevenir conflictos interculturales, estos hombres ejemplifican el concepto misionero católico de "inculturación", mezclándose a la perfección con las comunidades a las que sirvieron mientras proclamaban la Buena Nueva de Jesucristo a través de la actitud activa de escucha y presencia.

Por todo ello, proclamamos: "Gritad de júbilo al Señor, toda la tierra" (Sal 99/100, 2). Homenajeemos a estos grandes por su humildad y su amor a la humanidad a través de una sólida dedicación a su ministerio. ¡ Felicidades!