Novena del Centenario - Día 6

“Tenemos tanto por lo que estar agradecidos”
(1ra de Tesalonicenses 5, 18)

Desde 1921 la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec está al servicio del Evangelio.
Estamos cumpliendo 100 años, queremos celebrar juntos el recorrido de nuestro compromiso misionero. Celebramos el dinamismo de nuestra Sociedad Misionera, y con gratitud, recordamos el pasado, renovamos la pasión por vivir la misión en comunión en el hoy de la historia, y reavivamos la esperanza en el futuro.
Dirigida a: miembros y asociados, antiguos miembros y asociados, candidatos y seminaristas en formación, afiliados, amigos, miembros de nuestras iglesias locales y/o comunidades, jóvenes que forman parte de nuestras redes, y personas de buena voluntad que quieran unirse en esta acción de gracias a Dios por el dinamismo y renovación de nuestra Sociedad Misionera.


Día 6

Oh, Dios, te damos gracias, por colocar, aún hoy, en el corazón de las y los jóvenes la vocación de la misión “ad gentes” para los pueblos del mundo.
 
Lectura Bíblica: Jn 15,15 

“A ustedes no les llamo siervos, ustedes son mis amigos”.


Reflexión
 

En el lavatorio de los pies, Jesús se había hecho el primero en la tarea de servicio que todos deben practicar. El amor mutuo hace hijos de Dios y pone a los discípulos al nivel de Jesús. El que los llama aquí amigos, los llamará también hermanos. En el contexto de misión, la amistad con Jesús significa la colaboración en un trabajo que se considera común a todos y responsabilidad de todos; por eso la alegría de la misión se comparte con Jesús. Los discípulos no son siervos a sueldo de un señor, sino amigos que voluntariamente colaboran en la tarea. El grupo de amigos vive en su compañía, en comunicación y confianza. Él está con ellos y comparte su vida. (Juan Mateos, El Evangelio de Juan)
 
Nuestro Proyecto de Vida, en el numeral 103, destaca que “la participación en el mismo servicio del Evangelio, la fraternidad y la ayuda mutua efectiva en el plan humano, espiritual y apostólico, constituyen lo esencial de nuestra vida comunitaria”. Es así, como nuestra Sociedad, durante estos cien años de servicio al evangelio, ha podido crecer en la vivencia de esta fraternidad, haciéndose cada vez más universal.



 
Compromiso:
Realizar con amor las tareas del hogar que más dificultad me significan, para colaborar de manera afectiva en mi contexto, y cultivar la tolerancia y la fraternidad.
Llamar a una persona, (familiar o amistad) con quien no me he comunicado en mucho tiempo, y saludarle.




 

Oración del Centenario.
 

Dios siempre fiel,
“¿A quién enviaré?” – nos preguntas.
En este camino, en esta misma barca,
donde estamos todos,
te respondemos:
“Aquí estamos, Señor, envíanos”. (Is. 6,8)
 
Tu Espíritu nos empuja y atrae,
nos anima y envía en misión
al mundo y a todos los pueblos.
Es tu amor perenne
el que nos mueve a
“correr el riesgo del encuentro
al servicio del Evangelio”.
 
En el hoy de la Iglesia y de la historia,
aquí estamos, Señor, envíanos.
Somos una pequeña Sociedad Misionera que,
humilde y llena de desafíos,
quiere ser participe en la transformación
de los corazones,
mentes, cuerpos, sociedades y culturas,
en todo tiempo y lugar.
 
Aquí estamos, Señor,
al servicio de tu Evangelio,
para testimoniar tu amor
y tu salvación,
atentos a las necesidades de pan y justicia,
libertad y trabajo, dignidad y paz
de nuestros hermanos y hermanas,
así como al cuidado de toda tu creación.
 
Aquí estamos, Señor, envíanos,
a sembrar esperanza,
a construir un mundo nuevo,
a llevar tu palabra y descubrir tu presencia
en todos los pueblos y culturas.
 
Saliendo al encuentro,
proclamamos que eres
el Dios eternamente misericordioso,
cuyo amor dura por siempre.
 
Que la Virgen María, primera discípula y misionera,
ruegue por nosotros, ahora y por siempre. Amén.