Novena del Centenario - Día 9

“Tenemos tanto por lo que estar agradecidos”
(1ra de Tesalonicenses 5, 18)

Desde 1921 la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec está al servicio del Evangelio.
Estamos cumpliendo 100 años, queremos celebrar juntos el recorrido de nuestro compromiso misionero. Celebramos el dinamismo de nuestra Sociedad Misionera, y con gratitud, recordamos el pasado, renovamos la pasión por vivir la misión en comunión en el hoy de la historia, y reavivamos la esperanza en el futuro.
Dirigida a: miembros y asociados, antiguos miembros y asociados, candidatos y seminaristas en formación, afiliados, amigos, miembros de nuestras iglesias locales y/o comunidades, jóvenes que forman parte de nuestras redes, y personas de buena voluntad que quieran unirse en esta acción de gracias a Dios por el dinamismo y renovación de nuestra Sociedad Misionera.


Día 9

Oh, Dios, te damos gracias, por habernos llamado a vivir la misión en comunión entre sacerdotes y laicos en la internacionalidad.
Oh, Dios, te damos gracias, por haber llamado a varias generaciones de misioneros para sembrar tu Buena Nueva en dieciséis países*.
(Canadá, China, Filipinas, Cuba, Japón, Honduras, Perú, Argentina, Chile, Indonesia, Hong Kong, Guatemala, Nicaragua, Sudán, Camboya, Kenia y Tailandia)

 

Lectura Bíblica: Lc 24,28-32  

“¿No ardía nuestro corazón mientras caminaba junto a nosotros y nos explicaba las escrituras?”.


Reflexión:
 
Sin ti se nos hace de noche. Emaús, encrucijada de todos los caminos del mundo. Donde el Señor nos encuentra, donde el Resucitado y su presencia avanza con nosotros y hacia nosotros. Emaús es: aquello que hace arder nuestros corazones, lo que nos vida, lo que nos impulsa a continuar siempre, a pesar de las dificultades. En nuestra misión de cada día ¿cómo vivimos esta experiencia de Pascua con el Resucitado?


Compromiso: Dedica una publicación en las redes sociales, o envía un correo electrónico a algún misionero(a) que conozcas, misionero dentro o fuera de sus propias fronteras. 


 

Oración del Centenario.
 

Dios siempre fiel,
“¿A quién enviaré?” – nos preguntas.
En este camino, en esta misma barca,
donde estamos todos,
te respondemos:
“Aquí estamos, Señor, envíanos”. (Is. 6,8)
 
Tu Espíritu nos empuja y atrae,
nos anima y envía en misión
al mundo y a todos los pueblos.
Es tu amor perenne
el que nos mueve a
“correr el riesgo del encuentro
al servicio del Evangelio”.
 
En el hoy de la Iglesia y de la historia,
aquí estamos, Señor, envíanos.
Somos una pequeña Sociedad Misionera que,
humilde y llena de desafíos,
quiere ser participe en la transformación
de los corazones,
mentes, cuerpos, sociedades y culturas,
en todo tiempo y lugar.
 
Aquí estamos, Señor,
al servicio de tu Evangelio,
para testimoniar tu amor
y tu salvación,
atentos a las necesidades de pan y justicia,
libertad y trabajo, dignidad y paz
de nuestros hermanos y hermanas,
así como al cuidado de toda tu creación.
 
Aquí estamos, Señor, envíanos,
a sembrar esperanza,
a construir un mundo nuevo,
a llevar tu palabra y descubrir tu presencia
en todos los pueblos y culturas.
 
Saliendo al encuentro,
proclamamos que eres
el Dios eternamente misericordioso,
cuyo amor dura por siempre.
 
Que la Virgen María, primera discípula y misionera,
ruegue por nosotros, ahora y por siempre. Amén.