UNA EVANGELIZACIÓN SIN FRONTERAS.

La fiesta de San Francisco Javier es muy importante para la parte más profunda de la espiritualidad de la Sociedad de Misiones Extranjeras de Quebec. La pasión misionera de este santo jesuita español del siglo XVI es una importante fuente de inspiración espiritual para esta "joven" sociedad misionera, creada por los obispos francófonos canadienses en Quebec a principios del siglo XX.
 
El día 3 de diciembre, fecha de la celebración de San Francisco Javier, es una ocasión única para toda la Iglesia, pero sobre todo para los miembros, asociados, afiliados y amigos de la SME, de detenerse a considerar el legado de la inspiración que brotó de la fundación de la Sociedad, así como los valores fundamentales que guían su labor misionera. San Francisco Javier, conocido por su devoción y compromiso con la evangelización, personifica el ideal de la misión cristiana en las dichas "tierras lejanas".


 Los misioneros y misioneras de la SME se hacen eco de la espiritualidad de San Francisco Javier, con el firme deseo de difundir la luz de la fe allí donde más se necesita. Durante más de un siglo, los misioneros y misioneras han trabajado en zonas de periferia, dando prioridad a las personas empobrecidas y difundiendo el mensaje de amor y esperanza cristianos a todos los pueblos, se identifiquen o no como cristianos. Su labor ha estado guiada por el deseo de convivir en diversas realidades interculturales con un arraigado espíritu fraterno

De este modo, la fiesta de San Francisco Javier se convierte en un momento de renovación espiritual para todo la SME, una ocasión en la que los misioneros y misioneras, motivados por el ejemplo de este gran santo, pueden reforzar su dedicación a la misión. Esta fiesta se caracteriza por la oración, la meditación y las festividades comunitarias, que sirven para reforzar los lazos espirituales que unen a nuestra comunidad misionera a la misión de San Francisco Javier.

 

En este día de fiesta, nuestra sociedad mira a San Francisco Javier como mentor espiritual, sacando valor e inspiración de su vida dedicada a la evangelización. Es un momento en el que la espiritualidad y la misión convergen para crear una relación duradera que motiva a la generación actual a continuar la honorable tarea de evangelizar sin fronteras por toda parte, hasta las regiones menos conocidas del planeta.