VER A CRISTO EN EL SUFRIMIENTO DE LA ACTUALIDAD: 

¿Has visto alguna vez, en esta época del año, gente en procesión siguiendo una cruz un viernes y te has preguntado: qué están haciendo? ¿O ha salido alguna vez de casa un viernes de Cuaresma para rezar el Vía Crucis? Millones de católicos de todo el mundo utilizan este recurso para recrear los momentos que preceden al sacrificio definitivo de amor por la salvación de la humanidad: Jesucristo que se ofrece en la cruz para reconciliarnos entre nosotros y con Dios, y para abrirnos las puertas de la vida eterna, mediante su pasión, muerte y resurrección. 

Esta práctica devocional invita a los participantes a recorrer mentalmente el camino de Jesús hasta el Calvario, meditando sobre sus sufrimientos y su entrega total por amor a la humanidad. Pero este artículo te invita a llevar este gesto tradicional un paso más allá: mirar a los que sufren en el presente y ver a Cristo, El Pobre, sufriendo en la humanidad de hoy. ¿Qué te parece?
 
El Vía Crucis es una devoción que se remonta a los primeros tiempos de la Iglesia católica, los fieles recorren mentalmente el camino de la Pasión de Cristo, desde el pretorio de Pilatos hasta el monte Calvario. Originado en la tradición de venerar los lugares sagrados relacionados con la vida y muerte de Jesús en Tierra Santa, esta devocion se estructuró gradualmente a lo largo de los siglos en etapas o estaciones, culminando en las 14 estaciones que conocemos hoy.

Esta práctica durante la Cuaresma es una herramienta de meditación espiritual que nos acerca a todos de Jesús. Mirando los sufrimientos de Cristo, podemos ver hasta qué punto cada uno de nosotros es amado, relativizar nuestros desafíos cotidianos, pero también reconocer que este amor nos invita a ver en las personas que más sufren en el mundo en este momento, personas profundamente amadas con las que estamos invitados a unirnos.
 
En estos tiempos, marcados por diversas formas de sufrimiento humano, el Vía Crucis es una clave de comprensión y una herramienta espiritual para unirnos a los que sufren de cerca y de lejos. El Papa Francisco, durante la celebración del Vía Crucis en el Coliseo en 2023, subrayó la importancia de relacionar los sufrimientos de Cristo con los sufrimientos del mundo contemporáneo, como muestra este enlace.
https://www.vatican.va/news_services/liturgy/2023/documents/ns_lit_doc_20230407_via-crucis-meditazioni_sp.html
Él invitó a los fieles a contemplar no sólo el dolor físico de Jesús, sino también el dolor presente en los corazones y en la vida cotidiana de quienes sufren la injusticia, la violencia, la pobreza y la marginación.
 
En este contexto, el Vía Crucis se convierte en una invitación a la solidaridad y a la compasión, que anima a los cristianos a implicarse activamente en la búsqueda de la justicia, la paz y la dignidad para todos los seres humanos. Es una llamada a los fieles a comprometerse en la construcción de un mundo más justo y fraterno, inspirándose en el ejemplo de amor y sacrificio de Jesús.
 
Siguiendo las pisadas de Cristo en el Vía Crucis, se nos invita a mirar más allá de nuestros propios dolores y preocupaciones y a extender nuestra compasión a los que más sufren en todo el mundo. Que, como Jesús, ofrezcamos nuestras vidas al servicio de los demás, haciendo del Vía Crucis un camino de esperanza y renovación para toda la humanidad.