Visita del Papa a Papúa Nueva Guinea (Port Moresby y Vanimo) del 6 al 9 de septiembre

Grégoire Vignola, pmé

Cabe señalar que Papúa es una isla políticamente dividida en dos: la parte occidental pertenece a Indonesia, y la parte oriental, Papúa Nueva Guinea, es independiente desde hace 46 años y donde los cristianos son mayoría. En la parte occidental, bajo control indonesio, los cristianos están completamente desposeídos de su tierra. Los cristianos allí son los papúes, que son exactamente los mismos que los de Papúa Nueva Guinea. Pero estos cristianos están convirtiéndose en minoría en su propia tierra y ven cómo sus derechos son violados uno tras otro por el gobierno indonesio.

En cuanto a Papúa Nueva Guinea, donde el Papa se dirigirá, está compuesta en un 90% por cristianos, con un 64% de la población siendo protestante y un 26% identificándose como católicos romanos. Es una iglesia joven, resultado de las misiones católicas y protestantes que se establecieron hace más de 130 años, con el resultado de que el cristianismo se ha arraigado en todas partes, con una fascinante aculturación. Los papúes se consideran auténticamente cristianos, aman su religión y realizan magníficas procesiones, con trajes tradicionales papúes y la Biblia en alto. La belleza de esta nueva religión en Nueva Guinea será celebrada por la visita del Papa. "Oración" será el tema de la visita a Papúa Nueva Guinea.



Papúa Nueva Guinea es una nación culturalmente rica y diversa, hogar de más de 800 idiomas distintos y numerosas comunidades indígenas, lo que la convierte en uno de los países más diversos lingüísticamente del mundo. El país presenta una mezcla única de culturas tradicionales, con muchas comunidades que aún practican costumbres y rituales ancestrales. El cristianismo es la religión dominante, aunque en algunas áreas todavía se practican creencias indígenas. Papúa Nueva Guinea cuenta con vastos recursos naturales y biodiversidad, con selvas tropicales, cordilleras y arrecifes de coral. Sin embargo, la nación enfrenta serias amenazas ambientales, como la deforestación, los impactos de la minería y el cambio climático. Papúa Nueva Guinea también ha experimentado conflictos internos, como enfrentamientos tribales y disputas territoriales, así como tensiones entre las poblaciones locales y las empresas multinacionales, con esfuerzos del gobierno para abordar estos problemas.


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